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DOCENCIA Y ALUMNADO

La entrada en la Universidad

Los problemas del alumnado en la Universidad empiezan antes de su entrada en la misma.

La captación de alumnos es una necesidad estratégica de las Universidades, en la medida en que el distrito único y el desarrollo social permiten hacer efectiva la posibilidad de elección de Universidad. Los costos de la educación superior se hacen socialmente injustificables cuando se traspasan a la baja ciertas barreras. Y este problema se ve acentuado por el descenso de la población en edad de entrar en la Universidad.

El garantizar la posibilidad del acceso a la Universidad, y en particular a nuestra Universidad, a todas las personas que cumplan los requisitos para ello, antes de ser una cuestión económica es una cuestión de equidad. En nuestras islas, con una tasa de tres puntos por debajo de la media estatal de las personas que acceden a la Universidad, esto es un problema social de enorme importancia. Los estudios muestran, que no es el nivel de riqueza el factor determinante de que muchos jóvenes canarios no opten por la Universidad, al acabar los estudios secundarios. Hay factores de tipo cultural, y desconocimiento de las oportunidades que se abren a los titulados universitarios, comparativamente con los que no lo son. En ambos aspectos la Universidad puede influir en cambiar esa tendencia.

Nuestras estrategias para captar alumnos, sobre todo de las restantes islas, pasan por dar a conocer la Universidad, sus posibilidades y sus servicios, a los alumnos de la enseñanza secundaria.
Pensamos que hay que seguir una política de presencia constante, proporcionando información sobre, los estudios universitarios, las condiciones para acceder a ellos, y sus posibilidades profesionales. Esa información debe generarse por los propios profesores de cada una de las titulaciones.

Es a partir de estos contenidos informativos, cuando entran en escena las estrategias de difusión.

Pensamos por ello, crear una Oficina de Captación de Alumnos que coordine todo el proceso.

Así mismo, me propongo abrir un portal de la Universidad específicamente diseñado para atraer a alumnos del bachillerato y de los ciclos de Formación Profesional. Un portal que sirva de referencia y complemente otras iniciativas en lo relativo a la información a este alumnado.

Docencia.

En la primera etapa LRU, mediante una política continuada, se realizaron una serie de acciones, que condujeron a un notable proceso de modernización y mejora de nuestra Universidad.

Esas acciones permitieron, entre otras cosas, contar con una plantilla de personal docente e investigador amplia y estable, consiguiéndose así la incorporación de un buen número de profesores a las áreas menos dotadas (Plan de plantillas del año 89).

Esa mejora sustancial de la ratio de alumnos por profesor, ha hecho que, en términos generales, la docencia no solo se venga desarrollando en condiciones aceptables, sino que, los datos disponibles, siempre escasos, parecen indicar que, en términos generales, la calidad de nuestra docencia es buena y en muchos casos excelente.

A pesar de lo anterior, la enseñanza en nuestra Universidad, adolece de algunos graves problemas, que amenazan con estancar los actuales niveles de mejora. Existen graves carencias en los medios para la docencia, y otras dificultades.

Señalemos algunos de estos problemas:

En muchos de los centros de esta Universidad, las salas de estudio son insuficientes, sus horarios escasos y su distribución inadecuada. La insistente demanda de los estudiantes solo ha encontrado obstáculos por parte del actual Consejo de Dirección. Desde ahora nos comprometemos a poner en marcha un horario de apertura y un número de salas de estudio suficientes en toda la Universidad.
Además, los planes de inversiones en prácticas han sido cicateros. El número de alumnos que hacen prácticas en empresas es insuficiente. Las dotaciones de las salas de ordenadores son escasas, su horario insuficiente y su concepción errónea. En muchos centros, los calendarios de exámenes y de prácticas acaban propiciando aulas semivacías y una enorme distancia entre los alumnos que se matriculan y los que asisten a clase. En algunas carreras se arrastran todavía las consecuencias de su implantación a coste cero, y en otras no se han renovado las dotaciones necesarias para la docencia, simplemente porque nunca se ha podido.

El actual proceso de convergencia europea, por otro lado, debe establecer una homologación de titulaciones en todo el territorio de la Unión. Hay constancia, sin embargo de que es justamente en los medios donde mayor es la distancia de nuestra docencia con la de los países más desarrollados a los que pretendemos homologarnos. Y esta distancia puede crecer, si no se ataja con un plan de actuación claro en materia de inversiones con destino específicamente docente.

Quiero, sin embargo, comenzar tratando los problemas del alumnado universitarios desde el principio. Y estos comienzan con el proceso de matriculación.

Estamos matriculándonos como cuando yo estudiaba. Somos de las últimas Universidades en el proceso de modernización de la gestión administrativa.

En una Universidad moderna, el procedimiento de matricula aparece en la página Web con toda claridad y puede hacerse de modo completo y seguro a través de ella. Allí está la información suficiente, los impresos, los sistemas de verificación, las opciones de matrícula y el modo de realizar los pagos. Todo esto, sin guardar colas ni pedir números, ni en el centro ni en la entidad bancaria.
En Canarias esto es más importante aún que en otros territorios. La fragmentación de nuestro territorio nos obliga a diseñar estrategias que permitan superar las dificultades que esto entraña. La presencia de la Universidad de La Laguna en las siete islas mayores debe ser constante y estable, acercando a los alumnos y a la sociedad de las diferentes islas a nuestra oferta educativa y de desarrollo. Por ello proponemos instalar oficinas de la Universidad en las restantes seis islas, y facilitar, junto con los ayuntamientos, mecanismos que propicien el acercamiento de todos los canarios a nuestra institución, con especial énfasis lógicamente a nuestros alumnos.

Tal como lo tenemos diseñado, una vez matriculado, cada alumno tendrá una cuenta de correo electrónico, y podrá acceder a: chat, páginas web, videoconferencia, etc.

Para ello:

1. Se habilitarán salas de ordenadores, con el horario más amplio posible, para garantizar el acceso de todos los estudiantes a los materiales docentes que se pongan a su disposición (una auténtica biblioteca virtual). Y esto, si es preciso, contruyendo edificios de servicios en los campus.

2. Se habilitará la conexión inalámbrica de ordenadores portátiles. Se harán convenios con entidades financieras al objeto de facilitar líneas de crédito para la adquisición de ordenadores por parte de los estudiantes, así como su acceso a conexiones de banda ancha.

3. Se contratará el número necesario de técnicos cualificados para el mantenimiento de la red universitaria y del parque de ordenadores, incluido el mantenimiento de los ordenadores del profesorado.


Sé que, en algunos casos, esto puede parecer utópico. Pero hay Universidades en el estado que ya tienen estos medios, y me niego a ser menos que ellas.

Modernización de la Docencia.

Sin olvidar las actuaciones generales destinadas a vigilar la calidad de la docencia, y a habilitar en los centros el número de salas de lectura suficientes, proponemos desarrollar, en concreto, dos líneas prioritarias de actuación: Establecer un Plan de Necesidades en Materia de Dotaciones Docentes, especialmente práctica, en sus diversas modalidades, y la implementación y puesta en marcha de un Plan Director de Uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Docencia.

Plan de Necesidades en Materia de Dotaciones Docentes

Para lo primero, proponemos hacer una evaluación general, centro por centro y departamento por departamento, de las necesidades de dotaciones en la enseñanza práctica. Esa evaluación, servirá de guía para la dotación presupuestaria de un ambicioso plan de modernización de todas nuestras infraestructuras destinadas a la docencia. Los presupuestos generales de la Universidad deberán recoger como prioridad la dotación de estas necesidades.

Las Nuevas Tecnologías de la Información en la Docencia.

En cuanto a lo segundo, las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) aplicadas a la docencia, van a conducir a la progresiva desaparición de las actuales restricciones de espacio y tiempo en la enseñanza, y a la adopción de un modelo de aprendizaje más centrado en el estudiante.
No podemos estar al margen de uno de los factores que probablemente más influya en el cambio de las Universidades en los próximos años, tanto en la mejora de la calidad, como en la capacidad de atraer alumnos, o en la propia estructura de la prestación del servicio de la Educación Superior.
Esto es así por dos cuestiones fundamentales:

1. La sociedad espera de los nuevos graduados universitarios que conozcan las posibilidades de estas tecnologías en sus respectivos campos de trabajo y que, asimismo, tengan la suficiente preparación para hacer uso de ellas. Esto hace, a su vez, que los alumnos exijan la presencia de estas tecnologías en sus curricula y en los métodos de enseñanza universitaria, especialmente en el aprendizaje práctico.

2. Estas tecnologías reportan importantes ventajas competitivas en la prestación de los servicios tradicionales de la Universidad, tanto en las tareas de formación como en la investigación, y generan la posibilidad de prestar nuevos servicios.


Nuestra Universidad no puede perder el tren de la aplicación de las nuevas tecnologías en la docencia. No es un capricho, ni un lujo, ni una experiencia aventurada. Es la necesidad de una Universidad que tiene que estar al día en sus métodos de trabajo. La Laguna, que cuenta con titulados que están en la frontera del desarrollo tecnológico, está singularmente bien situada para emprender esta renovación.

Después de un esfuerzo inicial, realizado hace más de 10 años, para la implantación de las Aulas de Informática, las acciones encaminadas a la introducción de las nuevas tecnologías en la docencia han venido siendo escasas, huérfanas de planificación y, en muchos casos, sólo a través de iniciativas sectoriales aisladas, que, por su propio origen, no abordaban el problema en su totalidad. Señalemos, en particular, que esta ausencia de actuaciones corporativas ha conducido a que, la implantación de la Red Universitaria, a pesar de su enorme potencial, no haya alterado los hábitos docentes.

El cambio de este estado de cosas exige abordar la cuestión de un modo integral, teniendo en cuenta todos los factores que le afectan. Se trata de que la aplicación de las nuevas tecnologías en la docencia forme parte de los objetivos estratégicos de la Institución.
Es importante señalar que las actuaciones que se hagan deben propiciar no sólo la calidad de la docencia, sino también la equidad: Un sistema en el que los alumnos que pueden disponer de un ordenador propio y de las conexiones a la Red de Redes, tengan ventajas, respecto de los que no puedan, sería un sistema gravemente discriminatorio.

Este plan tendrá a su vez tres líneas de actuación:

Una primera línea consistirá en que las nuevas tecnologías ayuden, como un medio más, a la docencia tal como se ha venido desarrollando hasta ahora.

Se trata de hacer normal en el aula la utilización de medios informáticos que, en la mayoría de los casos, complementan y sustituyen con ventaja las técnicas tradicionales.

En segundo lugar, debemos comenzar a establecer las bases de una modificación sustancial de los hábitos de docencia, haciendo un uso intensivo y extensivo de las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías.

En esta fase se deberá poner a disposición de los docentes y del alumnado un conjunto de herramientas, páginas web, tutoriales, etc, que permitan obtener, a unos y a otros, todas las ventajas que proporcionan las nuevas tecnologías. Esto permitirá a los profesores, por ejemplo, poner sus apuntes de clase en la red, organizar foros de discusión, encomendar trabajos y corregirlos, realizar tutorías, etc.

En tercer lugar, proponemos empezar a impartir cursos en la modalidad no presencial, es decir, en la modalidad virtual, que sean convalidables por créditos de libre elección.
Debemos comenzar abordando la impartición de “cursos cero” de iniciación al uso de las nuevas tecnologías, convalidables por créditos de libre elección, especialmente en los Centros en los que sus áreas temáticas están más alejadas de su uso.

Igualmente hay que establecer como créditos de libre elección los cursos que, por su carácter generalista, tengan amplia demanda, como la propia Informática, los Idiomas, etc. Es este el camino más prudente y seguro, y el que permitirá generar experiencias y hábitos de conducta en toda la comunidad universitaria respecto al uso de las TIC en la docencia.

Este Plan Director de Aplicación de las TIC a la Docencia, deberá contemplar:

1. La definición de un modelo de enseñanza en lo relativo a las modalidades presencial y no presencial, tanto para las titulaciones oficiales de la Universidad, como para los títulos propios y los cursos de formación permanente.

Hay que decidir qué créditos pueden impartirse en estas modalidades, que tutorías pueden impartirse por medios electrónicos, el papel de los foros de debate en este tipo de enseñanza, etc.

Hay que dimensionar el alcance que se pretende dar a la enseñanza no presencial, teniendo en cuenta las necesidades y potencialidades de esta, en un territorio fragmentado como el canario. Esto es especialmente relevante en los cursos de formación permanente, los programas de Tercer Ciclo, los Títulos Propios, etc. Las posibilidades que se nos brindan son inmensas, pero es necesario ir paso a paso, ajustándonos en cada momento a nuestras posibilidades reales.

2. El establecimiento de un modelo de implementación técnica, en el que se deberá decidir en que medida se adquieren productos ya hechos, y en cual se elaboran los contenidos, quienes hacen los desarrollos de los programas, etc. Existen diversos modelos para esto y hay que decidir la mejor estrategia.

 

Evaluación de Inversiones.

Debe tenerse en cuenta que, al menos en parte, las inversiones en este campo han de ser coherentes con las que se hagan en las nuevas tecnologías destinadas a la investigación y la administración. Por ello proponemos el establecimiento de un fondo propio, estable y con recursos adecuados a los objetivos previstos.

Sin poner una cota superior a las inversiones en este programa, con nuestros recursos actuales es posible hacer inversiones anuales de 250 millones de pesetas durante los próximos cuatro años, además de la contratación de personal técnico y de la habilitación de aulas de informática.

Me importa señalar esta cifra mínima, para diferenciar nuestra propuesta de las iniciativas actualmente en marcha, a las que el año pasado se han destinado 42 millones de pesetas, que carece de continuidad en los presupuestos de este año. El modelo de Aulas de Informática es útil, pero tiene un tope. La eficacia de estas inversiones que se han hecho, sin duda necesarias, se diluye si no se integran en un Plan que contenga otras acciones más decisivas. A día de hoy La Laguna no tiene un plan que aborde en su integridad la incorporación de las TIC a la docencia y eso es a lo que nosotros nos comprometemos.

Estrategias.

Este Plan, contemplará además:

1. La creación de materiales docentes y programas a disposición de los profesores, para su utilización en la docencia.

2. La creación de grupos multidisciplinares de trabajo (expertos en los contenidos concretos, pedagogos, informáticos, diseñadores, etc.) para que éstos creen cursos específicos, y definan los requerimientos en esta materia en su área de actuación.

3. El hacer propuestas de cursos de formación específicos, para que los profesores puedan adaptar las aplicaciones informáticas a las especificidades de su docencia.


Nuestra Universidad debe acordar con otras instituciones, prioritariamente otras universidades, el uso compartido de programas, bibliotecas electrónicas y licencias. Se trata de generar redes docentes, para optimizar y abaratar actuaciones que implican grandes recursos, y donde las inversiones tienen altos grados de incertidumbre. Conviene en este sentido que se busquen procedimientos, medios y productos, que sean independientes de plataformas informáticas concretas. El uso extensivo de programas en código abierto (software libre) y sistemas informáticos de licencia pública parece una necesidad ineludible.

Todo lo anterior, solo representa un primer paso para preparar a la Universidad de La Laguna, para su incorporación a un mercado de enseñanza a distancia, que ya estamos viviendo. Es este un fenómeno de largo alcance, y que en Canarias, dada la fragmentación del territorio, puede tener especial incidencia. No seremos competitivos en ese mundo si, desde dentro de la propia universidad, no generamos, por las vías propuestas, las condiciones para ello.

Orientación e inserción laboral.

Una Universidad comprometida con su entorno, debe proporcionar al titulado, una orientación sobre el mercado de trabajo y conseguir, de una forma flexible, práctica, y en el menor tiempo posible, su inserción en el mercado laboral. Pretendemos establecer vínculos permanentes con los empleadores o demandantes de trabajo de la sociedad canaria. Tenemos que conocer sus necesidades, y dar así una respuesta desde la Universidad de La Laguna.

Se creará para ello una oficina destinada a coordinar los esfuerzos en las diferentes áreas, dadas las diversidades de formación y exigencias entre ellas. Así mismo, se desarrollarán programas de formación para la obtención del primer empleo, y se fomentará la emprendeduría entre nuestros alumnos.

Tercer ciclo

Los estudios de tercer ciclo son la culminación de la enseñanza universitaria. Una lamentable burocratización ha hecho que, a día de hoy, una buena parte de las dificultades para realizar el doctorado consista en superar las pruebas burocráticas, que una gestión extremadamente ineficiente, le pone a nuestros titulados. Al amparo de los nuevos Estatutos, pretendemos eliminar de raíz las muchas absurdas dificultades existentes en la actualidad.

Por otro lado, es preciso que, en el marco europeo de las reformas de las titulaciones, seamos capaces de preservar lo mejor del doctorado. Es esta una tarea ardua, y actualmente imprevisible, que exigirá dotar a los correspondientes órganos de los medios para realizar las adaptaciones que se hagan precisas.

Estudios de postgrado, y de formación permanente.

Las exigencias sociales, el mercado de trabajo y las actuales tendencias en educación superior, indican que la Universidad debe ofertar una amplia variedad de cursos y titulaciones de postgrado. En nuestra Universidad no existe un diseño de estas enseñanzas, y las existentes proceden del esfuerzo personal de algunos profesores, que por iniciativa propia articulan cursos al efecto.

Valoramos esos esfuerzos individuales o de grupos, pero pensamos que desde el correspondiente Vicerrectorado se debe acometer un diseño de enseñanzas de postgrado adaptado a nuestro entorno social, que permita el reciclaje y la cualificación de los titulados universitarios, y dar respuesta a las demandas de las empresas para impartir cursos de formación a su personal. Es esta, una parte importante de la conexión de la Universidad con la sociedad, que garantizará su presencia continua en la misma. Estos estudios serán, por otro lado, una no despreciable fuente de ingresos que permitirá cumplir con otras necesidades.

Junto con lo anterior, las enseñanzas de segunda oportunidad son una obligación de la Universidad para con las personas de nuestras islas que en su día no pudieron cursar estudios universitarios. El desarrollo del programa para mayores es una necesidad ineludible, y parte del compromiso con la sociedad canaria.

 

 
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